martes, 14 de septiembre de 2010

Romeo y Julieta modelo 2010

Por GM
Conversaba hace poco con una prima chica, que está comenzando la vida universitaria, discutiendo sobre los clásicos literarios del colegio. En el inconsciente colectivo familiar  se tiene la idea de que porque me gusta leer y ando siempre con un bestseller en la mano (Harry Potter, El Símbolo Perdido, etc), conozco de literatura clásica: Entiéndase el Quijote, Romeo y Julieta, Shakespeare, etc.
Y sobre una de estas obras, se suscitó una interesante conversación (Algunos lo llamarán ralladas de papa, pero eso queda a su juicio). Esta chiquilla no entendía el tema de Romeo y Julieta, porque simplemente no le encontraba ni pies ni cabeza… Su generación no entiende esos conceptos de amor desesperado y sufrido, lealtades familiares y finalmente, suicidarse por un tipo. Cuando nosotros vemos la escena final de la nueva versión de R & J estelarizado por Di Caprio (No lo pelo más, después de ver Inception y Los Infiltrados, nada que decir de Jack Dawson) y Claire Daines, nos cuesta reprimir una lágrima. Sobre todo cuando ella se mata por amor. Que desperdicio para nuestro género que una mujer como ella se suicide… Pero ese no es el punto.
Mi prima se mata de la risa al final, lo encuentra ridículo y machista. No deja de tener algo de razón, pero me doy cuenta de que estas nuevas generaciones tienen un cambio en los valores, principios y percepciones de la vida que los hacen incapaces de captar la esencia de estas historias.
Dado que teníamos tiempo libre, y las piscolas estaban encima de la mesa (Alguien las dejó ahí, no sé de dónde salieron), comenzamos a armar la historia de Romeo y Julieta modelo 2010. Dice más o menos así:
 “En una época no muy histórica, medieval ni retrógrada, nos encontramos con Juliette Babineaux (Tiene que tener nombre internacional la lola, si no, no se vale), una joven y exitosa profesional que gana las 7 codiciadas cifras mensualmente, maneja un BMW y vive en el sector oriente de la capital, ahí donde llega la nieve en invierno. En su tiempo libre le gustan los paseos por la playa, caminar bajo la lluvia, las piñas coladas y defender los derechos de los animales (Obvio, si algo de “doncella” tenía que tener). Romeo St.Randy, por otro lado, un abogado corporativo que amasa una considerable fortuna (En la empresa del papá, si… él no es tan capo), pero es un galán sensible que llora con el final de los “chick flicks”, disfruta de los atardeceres y, de vez en cuando, escribe columnas para blogs de renombre (Cualquier parecido con la realidad es sólo una mera coincidencia). 

Estas dos jóvenes y enamoradizas almas se conocen en un evento high en el Sheraton, donde ambos pululan entre la pista de baile y la barra Abierta con la respectiva tropa de amigos/as. Se toparon en la fila del VIP, y el cambio de luces fue automático. En vez de los rendidos galanteos de los anticuados caballeros, y los rendidos suspiros de las doncellas frente a estos, él la miró a los ojos con esa mezcla de deseo, coqueteo y ojos rojos producto de un par de piscolas de más (Y de rones, vodkas, whiskys y mimossas. Recordemos que el muchacho era del tipo “sensible”). Ella, se da coquetamente vuelta a comentar el hecho con su amiga, dejando el pelo al viento y su bien cuidado figura al libre lookeo (No me digan nada, la RAE aprobó esta palabra, así que la puedo usar) del galancete.
Ya en el VIP, le tensión se hizo imposible de resistir, y se acercaron a conversar. Obviamente, ella como mujer independiente y liberada del yugo machista, se acerco primero y le invitó un trago. Él, como buen macho recio, se sonrió al darse cuenta de que tenía un trago gratis frente a él, y se sentó a conversar.
Cupido no fue indiferente a esta química tan especial, y rápidamente los flechó. Al segundo, se dio cuenta de cómo han cambiado los tiempos para él también. Recordaba cuando sus flechazos eran sellados con tiernos besos del mozalbete en los delicados labios de la doncella en cuestión. Ahora, a pesar de que llevaba tiempo asimilando el cambio, no dejaba de escandalizarse cuando comenzaba el atraque a vista y paciencia de los comensales, con el “caballero” perdiendo paulatinamente el control de sus manos, y la “señorita” luchando por mantener la dignidad sin dejar su independencia y libertad sexual de lado.
La mañana que siguió a aquella idílica velada, donde cada uno se fue por su lado a sus respectivos hogares (Ok. Es Ciencia Ficción. En la realidad, se llevan al de turno para la casa, pero para que la historia dure algo, tenemos que hacer esta creación de la ficción.), ella se entera por sus amigas, que lo investigaron en Facebook, MySpace y Google, que este sujeto era… No, no era el hijo del eterno rival de su padre, sino que trabaja para la competencia de su firma, y que…. EL TIPO VIVE CON SU MAMÁ! Eso generó una serie de conflictos morales, de lealtades y libertinos en la cabeza de la chiquilla. Al mismo tiempo, el galán se enteraba de lo mismo, lo que obviamente no le complicó (“Está igual bien rica” le dice a sus amigos, agregando “Me da lo mismo que trabaje para la competencia”) pero el colapso viene cuando se entera que… GANA MÁS QUE ÉL!!!
Se dieron cuenta de que su amor era imposible, y que iban a tener que luchar por él hasta las últimas consecuencias, por lo que (Adelantamos rápidamente a la última escena porque se me acaba la columna)… Y descubre ella que el tipo se fue de la casa de su madre, y que dejó todo por ella para tomar un puesto de trabajo en Pta. Arenas, donde ambos serán felices por toda la eternidad. Ella, manteniendo el recato y modales dignos de su ascendencia real, le replica: “No salgo con mamones” y se aleja del sacrificio.
Ok, esto no es compara a la obra de Shakespeare, y no vendería millones de copias en cientos de idiomas… Pero no es acaso más real??

1 comentario:

  1. en serio debes dedicarte a esto, me he reido ya a carcajadas :)

    te felicito nuevamente

    ResponderEliminar