miércoles, 15 de septiembre de 2010

Carta abierta a los señores ginecólogos

Estimados,
Cuando uno lleva su humanidad hasta una de sus consultas, nunca va muerta de la risa…. es más, va sintiéndose fea porque paga para que la manoseen, muerta de miedo porque siempre pueden encontrar algo, y con un toque de vergüenza porque será interrogada sobre su vida sexual.

Con todo esos sentimientos a cuestas  y con la dignidad en el suelo, uno se tiende en la camilla en la peor pose de la vida, y con dudosa delicadeza siente que le mandan a guardar (literalmente) cuanto aparato weon existe….. Es una situación tan humillante que uno no quiere ni mirar…..

Acto seguido sentándose como de lado y con cara de violación, uno debe confesar los hábitos, deslices y cuanta cosa producto de un mal día ha hecho en su vida ante un viejito que bien podría ser el abuelo……todo monitoreando sus expresiones cada tanto para evitar que le da un síncope en medio de la entrevista …..
Al final con expresión amistosa y en su mejor rutina el lolo te dice: cuando tengamos los resultados sabrá si tiene cáncer …

En fin …..Estimados, teniendo en cuenta lo anterior,  se ruega consideración.

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