El fds
pasado fuimos a Mendoza con S, en unas mini vacaciones que serán recordadas
como los 4 días que me hicieron apreciar Chile.
Viernes
10:30 am: partimos de viaje… tarde…. porque me pasé mucho rato buscando el
bloqueador para evitar que S quedara como jaiba, cosa que de todas formas ocurrió
porque las cochiná se quedó en el hotel el 70% del tiempo.
Aduana
argentina tiempo estimado: 10 min …… tiempo real: 1 hora y media.
Nos
demoramos tanto porque según ellos “el sistema estaba caído”, que es la misma excusa barata que escucho
cuando algo “no se puede o no se les antoja hacer”. Fue tanto, que S tuvo
tiempo de contarme las 6 Star Wars y hasta lograr que le encontrara gracia al
dominio mental de los jedi….. Se imaginan pasar la mano abierta por la cara de
alguien y decir: dame 5 lukas JAJAJAJAJA
En
Uspallata S se devoró el primer bife de chorizo con Quilmes advirtiéndome que quizás
tendría que manejar yo el resto del camino …Para colmo de males el cable auxiliar con el que poníamos música sufrió un percance parcial que hacía
que escucháramos todas las bases de las canciones pero no la voz, lo que
provocó que me fuera haciendo karaoke los 200 Km restantes, muy a pesar de mi
acompañante.
En la noche fuimos a comer en la peatonal del
centro, que está repleta de lugares con menú que “le llevan bebida y postre” para
quedar en el mejor estado “ombligo parado”.
Sábado
10:00 am: me desperté con la brillante idea de ir al acuario de la ciudad…. al
llegar cachamos que la cuestión estaba cerrada por remodelación, pero tenían
justo al lado, algo casi tan bueno…. un serpentario!. Si estimados, un lugar
escalofriante repleto de serpientes, arañas pollito e iguanas.
Una
serpiente se regocijó sacándome la lengua 10 minutos seguidos con increíble
hostilidad, acto que S calificó como un intento por ser “mi amiga”….. Yo creo
que estaba desesperada por pegarme un tarascón.
Salí del
recorrido enferma y blanca como pantruca… para aliviar el día partimos al zoológico a
continuar observando bichos, lindo el zoológico pero hay tanta oveja que más
que zoológico parece criadero la cuestión. Lo mejor: los monitos ardilla que
tienen sueltos en los árboles. Lo peor: los elefantes hacinados y hambrientos. Consejo útil:
si ven un resbalín gigante en la zona de juegos para niños, NO se tiren, sobre
todo, NO se tiren si están usando vestido.
En la noche
fuimos a la calle de los pubs a comer y después a tomar helado, yo estaba
decidida a controlar la dieta pero cuando vi que una argentina de metro ochenta
y 47 kilos de peso se tomaba un helado triple, quise sacarle pica… OH WAIT !
S descubrió
que hay un aparato más increíble que la XBOX….. “el aire acondicionado con
control remoto”….se dedicó todos los días a jugar con la cochinada esa, tanto que se
despertaba en la mitad de la noche a regularlo… no sé como no me dió una
pulmonía.
El domingo
me rendí y llevé a S a las famosas “Tinajas”. Las tinajas es el restaurant más
famoso de Mendoza, que personalmente encuentro pésimo, no sólo porque es feo,
está siempre repleto y la gente grita como si estuviera en la vega, sino porque
la comida está hecha sin amor, con tanto aliño barato que todo sabe a crema o a
mayonesa al por mayor.
Una vez
ahí, como estaba atestado de chilenos, escuchamos canciones de Américo interpretadas
por un lolito que hacía las veces de animador…. S estaba feliz mascando y yo
traté de disfrutar la velada tipo “completada bailable” con mi mejor poker
face.
En la noche
fuimos a la plaza principal, a las ferias de artesanía (hay varias) y a ver
teatro callejero, luego intentamos tirarnos a la piscina del hotel, pero dado
que este también estaba lleno de chilenos, tuvimos que desistir porque un
brillante compatriota decidió cortarse el pelo en la pileta (jackass criollo….)
Lunes 09:00
am partimos de vuelta a Chile… en la mitad de la única calle que (según el mapa
que teníamos) accedía a la carretera, había una barricada de señoras
protestando, desconozco por qué. …
Estuvimos
parados unos 15 minutos dentro del auto mirando como ponían los coches de las
guaguas en la calle para evitar el transito, cuando la cosa se puso densa
decidimos evitar que nos arrojaran un biberón, asi que nos devolvimos a buscar
otra ruta.
Ya en la carretera,
sin bencina para llegar a Chile, pasamos por 3 estaciones de servicio en las
que se leía: sin nafta (que en chileno significa que estabamos fritos). Cuando finalmente
encontramos una con nafta, lo llenamos…. casi nos infartamos cuando cachamos que
no podíamos pagar con tarjetas, no había cajero automático, y no nos aceptaban
plata chilena…. Luego de mucho rato recordando con horror que no todos los
cajeros argentinos permiten transacciones internacionales, partimos a buscar plata argentina por un
camino de tierra del terror en el que sólo habían hoyos y un carrito que vendía
milanesa. Finalmente, en las afueras de una empresa conseguimos sacar plata.... a
la escena le faltaba la pura bola de paja esa que rueda en los Western.
Llegamos a
Chile sin novedad, pensando que nuestro país no será perfecto pero al menos tiene
cajeros en las bencineras.
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