El domingo por obra y gracia del espíritu santo ….y por haber acumulado un record de 27 negativas anteriores…… convencí a mi progenitor de hacer un poco de ejercicio.
Después de limpiar las flamantes bicicletas y descubrir que el famoso bombín personal sirve, con mucha suerte para trancar la puerta, partimos a la bencinera más cercana a pelear con el aparato del aire…. Estuvimos una eternidad descifrando como funcionaba la compleja maquina esa que infla las ruedas, o mejor dicho él….yo me limité a mirarlo y finalmente a apretar el botón “echar aire”.
En pleno Pocuro se desplazaba una figura de 57 años, 100 kilos de peso, short y polera… La imagen desde la retaguardia era algo asi como Barney embutido en un triciclo….. El único ciclista que hacía caso omiso de la ciclovía, pedaleaba por la tierra y de vez en cuando se aferraba a un árbol para descansar….
En total pedaleó como 5 cuadras, se cansó y se devolvió alegando que el lunes iba a andar adolorido. El momento peak lo dió un pibe más vejete que él, que no contento con pasarlo a toda velocidad, osó tocarle el timbre (si, el timbre de la bicicleta) a lo que mi viejo contestó con un ademán indescriptible a lo oso de circo en ruedita de hámster.
De ejercicio nada, pero hace rato que no me reía tanto.
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