viernes, 20 de agosto de 2010

The Paradox of choice

Es lógico pensar que mientras cada uno tenga libertad individual para escoger, debería maximizar su propio bienestar?... la idea es que obviamente cada uno elegiría lo que le proporciona mayores beneficios.
Pero qué pasa en una sociedad moderna en la que se tienen muchas opciones para elegir, o mejor dicho se deben tomar muchas decisiones ?

El otro día fui a comprar un cuchillo de cocina decente, que califique como “arma blanca”, me encontré con una pared de cuchillos distintos….. Mientras los miraba con agobio…pensé “ante la duda absténgase” y encontré alivio en la compra compulsiva de un lindo vestido globo.

Según Barry Schwartz la elección, cuando las posibilidades son demasiadas, genera mucha menos satisfacción psicológica de la que creemos.
Tantas opciones tiene 2 efectos negativos en las personas:
1.- Produce parálisis en lugar de liberación, con tanto qué elegir la gente termina no eligiendo. (y…hasta hoy sin cuchillo)
2.- Aún si vencemos dicha parálisis y tomamos una decisión, terminamos menos satisfechos que si hubiésemos tenido menos opciones para elegir, porque es mucho más fácil imaginar que podrías haber tomado una decisión mejor. (Y claro, el vestido es lindo pero lo tenían en 7 colores!)

Por qué terminamos menos satisfechos? Porque valoramos las cosas comparándolas con sus alternativas. Con tantas opciones sufrimos un aumento de las expectativas. Puedes pensar que entre tanta opción debe haber algo perfecto, y como lo que escogiste probablemente no lo es, terminas culpándote... el medio te proporcionó las posibilidades, mas la decisión la tomaste tú…..
Fácilmente aplicable a la elección de pareja no? Todas hemos pensado: entre tanto tipo regio, sensible y amoroso…. Por qué estoy con este troglodita que no es capaz de dejar las toallas colgadas, se saca la pelusa del ombligo, come en la cama y no es capaz de retener instrucciones…. ?
… la clave creo, no está en disminuir nuestras expectativas básicas, sino en entender que estas no pueden aspirar a la perfección... tal como no existe el cuchillo ni el vestido ideal, no existe el hombre perfecto.


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