viernes, 4 de marzo de 2011

Nos mudamos

Hace rato que el departamento en el que trabajo, compuesto por 16 pelagatos ruidosos y de caracteres y aspectos variopintos vive en una especie de “lost” en el piso en el que tenemos la oficina. Estamos nosotros que somos “los vivos” al lado oriente de las salas de reuniones y al otro lado, están los otros o, como me gusta llamarlos, “los seres sin alma” que pertenecen a otra área y que desde que llegamos, nos odian.

Los vivos nos reímos, nos mandamos chistes, cuando la ocasión lo amerita y hacemos ruidos motivacionales varios. Los sin alma son un grupo de gente a la que jamás he escuchado reír o demostrar alguna emoción distinta al descontento. Para colmo de males los sin alma estaban primero, asi que llegamos en calidad de allegados a este espacio físico en el que estamos apretujados y bombardeados por el ensordecedor  motor del aire acondicionado que cumplirá los 900 años de vida en mayo.

Como era de esperarse, a punta de presiones de los sin alma, la organización decidió cambiarnos a un lugar entre comillas propio, para que hiciéramos bochinche a nuestro antojo y nadie “escalara” quejas domésticas del tipo: “no podemos concentrarnos con la música que ponen como si estuvieran en una fonda” (cosa que sucede sólo los viernes…. no, si además de hocicones son exagerados!).

La cosa es que como nos mudamos en los próximos días, nos enviaron una planilla excel en la que debemos inventariar nuestras pertenencias y una caja en la que, como se nos ha indicado con énfasis, la instrucción es no trasladar nada que estuviese acá cuando llegamos, lo que solapadamente es lo mismo que decir “no se debe apretar cuea con nada ajeno”. Haciendo caso omiso de la rotería, me voy con el teléfono, mis arturitos (cajoneras chicas escasas en la organización, con las que llegué...) mi computador, parlantes y  mis posters: el del gato hang in there baby, y mi diploma de reconocimiento a la carcajada del año.

El día que los jefes armaron el layout me acerqué a mi mandamás y le dije: quiero sentarme ahí, donde está la  ventana dirección norte, es lo mínimo que pido por haberme cagado de frío todo el año, aguantar bullying y estar al borde de la fotofobia por la condenada luz artificial.

Esperemos que el cambio sea para mejor … donde vamos también hay otros, esperemos que estos si tengan alma!

1 comentario:

  1. jajaajja choriza, exigiendo oficina con vista wajajaja
    Ahora el tema es como seguir molestando a los sin alma... Un inalambrico que los mantenga sintonizados con las carcajadas de la nueva oficina, maybe?¿

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